Para constatar y dar continuidad a las participaciones del ciclo “Soberanía energética para los pueblos”, que contó con cinco conversatorios transmitidos en 2020, hemos agrupado las presentaciones en esta publicación compuesta por los 5 temas abordados, a los que hemos agregado un epílogo:
- Los fósiles en México, ¿un emporio en agonía?, Alejandra Jiménez (Alianza Mexicana contra el Fracking / CORASON) y Luis Fernando Pérez (Geocomunes)
- El juego no tan ‘verde’ ni tan limpio de las energías renovables, Ana María García (EDUCA Oaxaca) y Jazmín Sánchez (Articulación Yucatán)
- Energía comunitaria y popular, Sofía García (Cooperativa Onergia), Antonio Lara (Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero) y Gustavo Castro (Otros Mundos, Chiapas)
- Minería y energía, una relación tóxica. Reflexiones geopolíticas, Kirsten Francescone (Mining Watch Canada) y Florencia Puente (RLS Oficina Cono Sur)
- Cómo pensar una transición energética en México, Víctor Rodríguez Padilla (Faculta de Ingeniería, UNAM)
- Epílogo, Grupo de Estudios Transdisciplinarios sobre Energía y Crisis Civilizatoria (GETECC)
La discusión en torno las energías renovables y a la transición energética tomó un carácter relevante en México a partir de la publicación del decreto que emitió el Centro Nacional de Control de Energía en 2020. Ahora, con la reforma constitucional en materia eléctrica que está a punto de votarse en el poder legislativo, no podemos perder de vista elementos que desde las organizaciones sociales, pueblos indígenas y sociedad civil crítica y organizada se han planteado con un horizonte hacia una transición energética justa y popular.
Algunos de esos elementos afirman que la transición energética hacia las energías renovables es urgente, sin embargo, pensar que el cambio de tecnología por sí mismo cambiará el rumbo de la crisis civilizatoria y ambiental que vivimos no es suficiente. El tema de fondo tampoco se alcanza a desarrollar en un marco que sólo considera en la discusión pública la disputa entre las disposiciones federales y la defensa de los intereses de mercado que grandes empresas habían tenido hasta ahora en el mercado eléctrico.
Paralelo a estos debates, movimientos populares que han enfrentado la imposición de proyectos energéticos, tanto de energías renovables en megaproyectos como de energías fósiles, han dotado de un significado distinto su demanda de ‘soberanía energética’. Para ellos, esto implica una práctica política que pasa por revisar colectivamente la decisión sobre cómo y para qué se produce energía; con qué fuentes, a qué escala y con qué implicaciones; la posibilidad de la gestión comunitaria de la energía; la demanda de la energía como un derecho humano fuera de la especulación de los mercados y la participación activa de la gente sobre este bien colectivo que funge como un medio para la dignificación de la vida.
En el proyecto de clima y energía de la RLS en América Latina hemos seguido estos planteamientos y encontramos que para entender la encrucijada que hoy se nos presenta sobre el modelo energético es fundamental la crítica profunda al capitalismo y a sus mecanismos de despojo, de privatización y de exclusión, al tiempo que deben descifrarse el trasfondo de sus planteamientos sobre las soluciones al cambio climático, así como sus ataques a aquellas iniciativas que no embonan en la cara ‘verde’ capitalista.