FOTO: Maya Goded, 2019. Industria petroquímica en Coatzacoalcos, del fotoreportaje sobre el Proyecto Integral Morelos, para el sitio “Hablan los pueblos” de Desinformémonos.
Bajo el subtítulo “Políticas y actores del movimiento sindical en Francia, Reino Unido, Alemania, Noruega, España, Polonia, Colombia, México y Filipinas”, este reporte publicado en inglés en octubre de 2023, busca examinar las políticas y los discursos relativos al trabajo en la transición socioecológica y las organizaciones sindicales, los movimientos sociales y los movimientos ecologistas que acaban forjando alianzas en favor del trabajo sostenible y una transición justa.
Para el caso de México, el autor, Dario Azzellini, después de revisar algunas políticas públicas del sexenio de López Obrador en materia de los temas del estudio, resalta:
El gobierno de AMLO prioriza los aspectos sociales de la agenda 2030: acceso a la salud, seguridad social, educación, etc., fundamentados en un desarrollo nacional basado en los fósiles y el extractivismo y liderado por el Estado. Temas como el cambio climático o la transición ecológica son secundarios. No existe un plan de abandono de los combustibles fósiles. México sigue dependiendo principalmente de la extracción y exploración de combustibles fósiles. Desde finales de 2018 se han otorgado cientos de nuevas concesiones en el sector de los combustibles fósiles. El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 establece que los conflictos con las comunidades causados por las instalaciones de Pemex o CFE se resolverán a través del diálogo. Lo mismo se aplicará al descontento social por los altos precios de la energía. Sin embargo, los conflictos en torno a proyectos extractivos no han disminuido y no se vislumbra una práctica de diálogo social que conduzca a soluciones basadas en acuerdos con las poblaciones y comunidades afectadas. La expansión prevista de las energías renovables no es lo suficientemente rápida como para seguir el ritmo de la creciente demanda nacional de electricidad. Mientras que el crecimiento real de las energías renovables ni siquiera alcanza los insuficientes objetivos anunciados. Varios movimientos, principalmente territoriales, luchan contra los proyectos extractivos, pero no existe nada parecido a una alianza para una transición justa.
Imagen: AMLO en Twitter, 1 de mayo 2019. Presentación del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
El reporte, nos dice Azzellini, ubica que los estudios sobre los 7 países europeos pueden permitir una comparación, mientras que en el caso de México, Colombia y Filipinas no se pretende hacerlos comparables a los casos europeos, pues su situación difiere mucho de estos, entendiendo que en el Sur global los movimientos contra el modelo de producción y consumo dominante aparecen principalmente en forma de luchas territoriales contra la minería, la extracción de petróleo, la deforestación, las presas, etc., al mismo tiempo que estos conceptos pueden o no haber sido adoptados: en Colombia, movimientos y comunidades ya utilizan el término transición justa y con el nuevo gobierno de izquierda, el concepto entró también en las políticas y declaraciones gubernamentales; en México y Filipinas, el término transición justa apenas se utiliza, mientras que el trabajo sostenible no es común en ninguno de los tres países del Sur global. Muchos elementos de ambos conceptos están presentes en los debates, reivindicaciones y luchas de esos países, pero los términos utilizados son diferentes.
Para más información y descarga del reporte, visita la página de la RLS Géneva: