En reconocimiento al trabajo de las “comunidades forestales”, La Coperacha, agencia de periodismo fresco y solidario, realizó recientemente el reportaje multimedia Voces del Bosque. En este, las comunidades de San Juan Atzingo, Amanalco de Becerra y San Pedro Atlapulco compartieron sus experiencias en torno al trabajo y el cuidado de sus bosques, su vínculo cultural con los hongos, así como las amenazas a las que se enfrentan: la tala clandestina, el crecimiento urbano desmedido, las sequías que se han ido prolongando anualmente y los incendios cada vez más frecuentes.
El micrositio de Voces del Bosque cuenta con una serie radiofónica de ocho capítulos, un reportaje de fondo, un fotorreportaje y un cortometraje documental. Productos con los que se brinda un panorama sobre la situación medioambiental alrededor de las comunidades forestales del “Gran Bosque de Agua” y la Cuenca de Amanalco–Valle de Bravo.
El proyecto fue presentado, junto con representantes de cada comunidad, el sábado 23 de septiembre, 2023, contando con una transmisión que puede consultarse. Una frase que arrancó aplausos de los asistentes, entre quienes figuraban representantes de organizaciones, cooperativas y radios, fue la del comunero de San Pedro Atlapulco, don Andrés Corona: “no aceptar indemnizaciones a la enajenación de su territorio ni vender su tierra, porque el que vende su tierra vende a su madre, y el que vende a su madre pues es que nunca tuvo”.
El “Gran Bosque de Agua”, como los pobladores al poniente del Estado de México denominan al bosque de su región, y la cuenca Amanalco – Valle de Bravo se encuentran en riesgo ante el cambio climático. El bosque y sus cuencas son un frente estratégico contra el mismo, a la vez que un ambiente en riesgo. Pues procesa toneladas de CO2, un gas de efecto invernadero, y mantiene niveles de humedad, proceso que funge como amortiguador térmico del territorio.
El bosque provee servicios medioambientales como la infiltración de lluvias y escurrimientos, que contribuye al abastecimiento hídrico en los centros urbanos. Además, filtra del aire contaminado, principalmente por la combustión interna de transportes automotores y la producción industrial. A la vez, el bosque vive acechado por la expansión urbana y las sequías, cada vez más prolongadas a causa del aumento generalizado de las temperaturas promedio.
Las “comunidades forestales” del Estado de México son comunidades en las que la relación con el bosque es uno de los ejes articuladores de su vida cotidiana. Éstas cuidan del bosque con brigadas antiincendios y de reforestación —entre ellas, cabe destacar la “Brigada Femenina 031 Combatiente de Incendios Forestales” surgida en marzo de 2023—, monitorean flora, fauna y cuerpos de agua. Realizan actividades económicas de bajo impacto en el ecosistema, tales como el ecoturismo, y vigilan los efectos de la actividad humana.