La comunicación más allá de la denuncia

Las diversas y complejas intervenciones que se vertieron en la mesa La comunicación más allá de la denuncia, organizada por la Fundación Rosa Luxemburg, dieron cuenta de la interminable lista de los usos sociales de la comunicación. El título del evento ya nos acerca a la inconclusa pregunta: ¿entonces qué hacemos con la comunicación, los medios y las herramientas de información?.

“Todo depende de cómo se usan y en qué contexto”, dijo Amarela Varela, profesora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, haciendo referencia al abanico de posibilidades que nos da la comunicación y en concreto a los movimientos sociales, quienes utilizan la comunicación “para conocernos y para reconocernos, para comprender las apuestas de los otros y comunicar nuestras apuestas para solidarizarnos, para incomodar verdades mesiánicas”, en medio de un contexto en el que “el estado no reconoce el derecho (de los movimientos sociales) a ser interlocutores y hablantes en las cuestiones que les afectan”.

Para la Fundación Rosa Luxemburg también es tarea y compromiso apoyar procesos alternativos de comunicación, “que den voz a los sin voz y presencia a quienes históricamente han sido invisibilizados, para que la incidencia deje de ser un privilegio para algunos e impulse procesos de democratización”, anotó el director de la oficina regional en México, Torge Löding. Periodista de profesión, Löding expuso su experiencia en la cobertura de las movilizaciones masivas en Centroamérica, que entre 2005 y 2007 intentaron frenar el avance de los tratados que impulsan el libre mercado con costos sociales invaluables, como el CAFTA (siglas en inglés que se refieren al Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centro América).

Ante la imposibilidad de que las críticas en contra de este acuerdo se publicaran en los medios comerciales, y en medio de una represión sistémica a periodistas y espacios críticos, nacieron blogs de información independiente y crítica en “cada rincón del internet costarricense”. Surgieron otras experiencias como el noticiero alternativo La otra cara, y a escala nacional, La señal de corazón, una red de corresponsales comunitarios de radio. Sin embargo, la resistencia no fue suficiente para detener la fuerza del aparato estatal, de las trasnacionales y de los medio masivos, pero con esta experiencia “(los movimientos de resistencia) regresarán con más fuerza”.

Este tipo de movilizaciones, cuyos objetivos se contraponen a intereses de poderes económicos y políticos, como los medios comerciales de comunicación, son fácilmente desaparecidos de la programación en estos espacios, y sin embargo, “no podemos dejar de buscar hablar en esos espacios”, resaltó el periodista Humberto Mussachio, quien no desestima el poder de los medios de comunicación comerciales, y recomendó aprovechar cualquier espacio mediático, utilizar la apertura a una relativa libertad de prensa capaz de “mostrar el otro lado de los hechos”.
A manera de contraste, su experiencia en la cobertura de eventos políticos sociales como la movilización estudiantil en 1968 y el festival de rock en Avándaro en 1971, distaron mucho de encontrar espacios que permitieran la narración de lo sucedido tal y como él los había presenciado. “No existía la libertad de expresión que hay ahora”.

Con este contexto de por medio, es claro que el impacto de los medios de comunicación comerciales o libres, escritos, digitales o espectrales, dependen del uso y contenido que conlleven, con lo que el director de la Fundación Rosa Luxemburg recomendó “no olvidar nunca que los actores políticos son los movimientos sociales”.

El embajador de Bolivia en México, el ex radialista Jorge Mansilla, relató su experiencia en la radio  minera de Colquiri, una radio fundada y mantenida por los propios mineros que sufrió la represión de la segunda mitad del pasado siglo en esa nación andina.  Con su recién adquirida grabadora portátil, grabó 19 minutos ininterrumpidos de un ataque ventajoso por parte de los militares, que dejó como resultado 23 mineros muertos y varios desaparecidos.

Esa cruda grabación “sirvió para animar a la gente a enfrentarse al gobierno”, y detonó que las experiencias de las radios indígenas, mineras, comunitarias, se convirtieron en espacios de lucha política que actualmente, después de muchos triunfos sociales conquistados, se materializaron en 83 radios fundadas por el presidente Evo Morales, las cuales transmiten en distintas lenguas indígenas.

Al finalizar el panel, Torge Löding invitó al público a un taller demostrativo a cargo del Colectivo Radio Zapote, dirigido a organizaciones sociales que realizan eventos públicos que quisieran aprender a transmitir en vivo sus actividades por internet, con lo que una vez más, la apropiación de los medios y las herramientas tecnológicas se ponen al servicio de las demandas legítimas de la sociedad.

El taller para la transmisión de eventos
Cerca de 20 personas se reunieron el sábado 30 de julio en la casa de la Fundación Rosa Luxemburg para aprender a utilizar distintos programas de transmisión de audio y video en vivo. Sergio Soto y Laura Reyes, de Radio Zapote, organizaron un programa en el que las dudas sobre los programas, pero sobre todo el planteamiento de la apropiación de la tecnología para el uso social, se discutieron abiertamente.

El resultado fue una jornada de casi 6 horas en la que los asistentes terminaron la sesión con el deseo de continuar con este tipo de talleres, por lo que se dejó abierta la posibilidad de darle continuidad a estas capacitaciones.

La propuesta quedó abierta, por lo que probablemente la Fundación Rosa Luxemburg y el Colectivo Radio Zapote, emprendan una nueva serie de talleres de tecnología para el servicio social.

Video del evento La comunicación más allá de la denuncia

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