Esta publicación, que lleva por subtítulo Hacia una agenda de comercio progresista para los pueblos y el planeta, realiza una crítica internacionalista de izquierda hacia la globalización corporativa en América del Norte, en especial, la marcada por el gobierno de Trump.
Recurriendo a la rica historia de las políticas comerciales alternativas, este documento articula cuatro pilares centrales para una agenda progresista de comercio y desarrollo:
1) Los derechos humanos, en el sentido más amplio, deben tener primacía sobre los derechos corporativos y de inversionistas, y deben existir obligaciones legales vinculantes para las corporaciones transnacionales.
2) Los gobiernos democráticos deben contar con el espacio para crear políticas con el fin de priorizar el desarrollo local y nacional, buenos empleos para la ciudadanía, así como la preservación, promoción y restauración de los servicios públicos.
3) La ciudadanía, las comunidades y el medio ambienten tienen derecho a la protección a través de regulaciones a favor del interés público.
4) Se debe adoptar una estrategia positiva para el clima siempre que se persiga el comercio y la inversión, porque ya no puede permitirse que por estos se deje atrás la sustentabilidad del planeta.