La combinación entre “divulgación de la cultura y fiesta popular”, que representa la Feria Internacional del Libro de La Habana, es lo que convierte a este encuentro en una de las ferias favoritas del mundo del escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II, y de muchas otras personas que tienen la fortuna de acudir a ella.
En esta edición número 21 de la feria, las culturas de los pueblos del Caribe son las invitadas de honor. Entre los múltiples stands internacionales se programan presentaciones de libros y actividades culturales, que se llevan a cabo tanto en el recinto de la feria como en sedes alternas. Un escenario con muestras musicales, son el preámbulo del famoso cañonazo que se dispara desde el castillo del Morro, una fortaleza militar que se presta para albergar anualmente a esta feria que, además de la Habana, recorre varias provincias de la isla para llegar al mayor público posible. Es en efecto una gran fiesta nacional y una magnífica muestra cultural de la mayor isla de las Antillas.
Para un país como México, el precio en que pueden adquirirse los libros son impensables, a pesar de que contamos con una gran industria editorial, pues el acceso a los buenos libros es muy limitado. En contraste, la oferta de las publicaciones cubanas en promedio van desde el equivalente a 5 pesos mexicanos hasta los 17, con títulos fundamentales de la literatura especialmente latinoamericana, pero también universal, así como ejemplares con temas de actualidad científicos, sociales, juveniles e infantiles.
Es preocupante que en nuestro país se lea tan poco y que las cifras conocidas no lleguen a los 2 libros leídos por cada mexicana o mexicano anualmente. Es más alarmante aún cuando pensamos que la lectura acompaña “el desarrollo personal y social de los individuos y sin ella, no hay sociedad que pueda progresar”, sostiene La Brigada para Leer en Libertad, de visita en la feria en su participación del jueves 16 de febrero.
La Fundación Rosa Luxemburg coincide en que la cultura y la formación política son imprescindibles para lograr cambios fundamentales en una sociedad que sea capaz de transformar su propia realidad, lo que ha llevado a la Fundación Rosa Luxemburg a tener como contraparte en México a La Brigada para Leer en Libertad. En esta ocasión, Patricia Zapata, coordinara de proyectos en Centroamérica y Cuba de la Fundación Rosa Luxemburg, expuso la importancia de colaborar con proyectos de esta envergadura en el panel realizado en la sala Alejo Carpentier..
Para Leer en Libertad
La Brigada para Leer en Libertad, proyecto político cultural de fomento a la lectura y de divulgación de la historia de México, integrado por historiadores, escritores e intelectuales, afirma acertadamente que “la cultura es el gran eje rector de la educación informal, es la que moldea esencialmente a los individuos. Por lo tanto, la lectura y al mismo tiempo la escritura, son básicas para el desarrollo pleno del ser humano y para tener una sociedad más igualitaria. Sin la educación informal, la educación formal queda trunca”.
La afinidad entre las afirmaciones anteriores y el ambiente de la Feria del Libro de Cuba, dio lugar a un encuentro entre los asistentes a esta y La Brigada, iniciativa que cuenta con dos años de experiencias y 35 títulos de libros a los que se puede acceder gratuitamente a través de su página de internet www.brigadaparaleerenlibertad.org
Paloma Saiz, una de los pilares del proyecto hizo una pequeña introducción de nuestra realidad cultural y de formación para el público cubano, para que en el contexto de esa Feria, fuera posible medir la importancia de iniciativas similares en los países del resto de Latinoamérica: “El sistema educativo no ha fomentado el interés por la lectura, pues en primer lugar la literatura obligatoria está descontextualizada. Hay que motivar la lectura a través del encanto, que los profesores transmitan el entusiasmo por leer; pero no sólo en la escuela, debemos trazar una estrategia transversal. Hacer de la lectura una herramienta para la izquierda”, dijo con voz crítica.
¿Qué es entonces lo que ha hecho La Brigada en estos dos años de existencia? El equipo fijo de tan sólo 12 personas, organiza:
- Tianguis de libros. Son ferias de libros itinerantes que se realizan en plazas públicas, siempre acompañadas de programaciones políticas y culturales como debates con temas políticos de actualidad y tertulias con invitadas e invitados que “colaboran en el proceso de hacer del pueblo de México un pueblo lector y que éste se acerque a su historia de manera diferente a la tradicional y se apropie de ella”.
- Donaciones de libros. Gracias a este programa, La Brigada ha ayudado a constituir hasta el día de hoy 25 bibliotecas comunitarias, con la finalidad de acercar la lectura a la gente que “sí quiere leer, sólo hay que poner los libros a su disposición”.
- Remates de libros. Ya que las editoriales tienden a guardar en bodegas los libros sobrantes de una edición que ya ha sido puesta en el mercado por el tiempo “correspondiente”, les es más costoso mantenerlos almacenados en bodegas que triturarlos. La Brigada lleva hasta hoy 3 grandes remates de libros en los que han salvado de la trituradora a más de 1.5 millones de libros y han podido adquirirse desde 5 hasta 60 pesos.
- Comedores comunitarios. Mientras los comensales comen, ofrecen una conferencia, charla o lectura en voz alta.
Estos y otros programas comprenden el trabajo de La Brigada, con la finalidad de seguir acercando a la gente a los libros , pues “la lectura genera mejores ciudadanos. Gracias a los libros aprendemos a creer en lo imposible, a desconfiar de lo evidente, a formar pensamiento crítico, a exigir nuestros derechos, a cumplir con nuestros deberes como ciudadanos”.